Foto:Nata/Koldo Villarreal |
La vida duele. Es por eso que las composiciones de Enrique Villarreal, - “El Drogas” para amigos y fieles seguidores -, nos apasionan tanto. Ahora nos deleita con un nuevo trabajo discográfico que ha bautizado con el nombre de “Demasiado tonto en la corteza” (Maldito Records), un título metafórico que recuerda los lapidarios utilizados por otro grande de la música, el Maestro Rosendo Mercado. Cuando el luto por la despedida de los escenarios de Barricada todavía nos viste a muchos de nosotros, “El Drogas” ha sacado un disco – en realidad tres, independientes entre sí -, con el que corrobora su buena salud compositiva. Es por eso que, aunque la vida duela, el sufrimiento y la ansiedad se sobrellevan mucho mejor con entregas como esta.
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Artísticamente El Drogas se encuentra en su mejor momento: la madurez. Controla su talento mejor que nunca, le respalda una banda que se ocupa de cuidar y, lo más importante, la inspiración le desborda a tenor de este nuevo trabajo triple.
“Demasiado tonto en la corteza” es en su conjunto tan emotivo como visceral y divertido, con una producción cuidada y ajustada.
El Drogas canta como nunca, la edad le sienta muy bien a su timbre y su banda es impresionante, puro rock and roll listo para adaptarse a cualquier sonoridad. A este hombre hay que hacerle un monumento.
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Se ha hecho larga la espera de este nuevo trabajo de El Drogas, que se divide en tres bloques de ocho canciones cada uno: Alzheimer, Matxinada y Glam.
El primer disco es Alzheimer. Siete de los ocho temas que lo conforman ya formaban parte de aquel Libros Prestados que acompañaba la reedición del debut de Txarrena. Con ellas se ha realizado el proceso inverso. Habitualmente las canciones suelen nacer en formato eléctrico y la adaptación acústica es posterior. En esta ocasión ha sido todo lo contrario y el resultado final en cualquier caso no achaca el proceso. Las canciones fueron grabadas en los Estudios K y producidas por Alberto Porres. Escucharlo es abrumador y diría que es el mejor de los tres. Unas letras muy inspiradas, basadas en la enfermedad en particular y en los recuerdos en general, han sido arropadas con una elegancia destacable, con desarrollos de rocanrol clásico en sus partes finales (‘Cómo Son’ y ‘Lentos Minutos’ son los mejores ejemplos), con una gran armonía y emotividad.
Javier M. Alcaraz Rock Sesion Leer Completa