martes, 26 de febrero de 2013

Reseñas del EP de El Drogas (VII)

Comenzamos con la séptima entrega de reseñas del EP de el Drogas, con la publicada en Ruta 42 -Claves de sol

Claves de Sol: El drogas más adictivo por Miriam ⋅ 23 febrero, 2013
 
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El Drogas (Imágenes promocionales)
Cuatro canciones. Quince minutos. Una voz rota, en la que los años y, por qué no, los excesos han dejado sus huella. Esos mismos excesos que han dejado sus marcas en el corazón de un envejecido músico al que el tiempo nunca le pasará de largo.
Enrique Villareal, el que fuera una de las caras más visibles del panorama del rock estatal, como componente de Barricada, regresa al que se trata de su proyecto más personal: El Drogas. Y con este regreso, el que en su día nos hablaba de algún que otro azulejo frío, nos regala un pequeño adelanto de que este año será su nuevo disco (o nuevos discos, quién sabe).
Este personal EP viene abierto de mano de “En punto muerto”, el tema más íntimo de los cuatro, en el que nos acerca a una realidad que quizás más de alguno podemos sentir en nuestras carnes. Esta canción, casi confesión, viene caracterizada por la tranquilidad o lentitud que un tema como este requiere.
La segunda canción es una vieja conocida (al igual que el resto de canciones del disco), “Fue 24D… ¿y qué?” donde vuelve a nuestras vidas el irredento Drogas que tanto nos ha enganchado gracias a los disparos que en los que se suelen traducir la mayoría de sus letras. El magistral cambio de ritmo producido a partir del minuto y medio de canción para luego volver a caer en el anterior es lo que hace que esta canción sea tan mágica, con sus espectaculares cambios.
 
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Lentos minutos” llega para aportar regularidad a un disco que nos muestra una de las mejores versiones de El Drogas vistas hasta la fecha, que sabe cuándo hacer una canción lenta sin que rompa con el ritmo de sus frenéticos ritmos. Sin embargo, que sea una canción de las lentas, no significa que sea calmada, y es que con esta melódica música, lo que logra es que el mensaje se quede grabado en tu oído.
Y, con esta estructura de lento – rápido – lento, el cierre no podría venir en mejores manos que las de la apoteósica “Cerocomasiete”, donde el cantante nos enseña una vez más cómo han de hacerse las cosas y cómo debe cerrarse perfectamente un disco creando expectación y ansia frente a una futura entrega musical.
Y así, Enrique Villareal cierra una etapa, la de Barricada, y comienza otra nueva, la de El Drogas, que miles de personas están esperando. Demostrando que el rock estatal es un poquito mejor gracias a que él un día decidió que ese debería ser su camino.

Ruta 42 - Claves de sol