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Irene Bernad |
Su aparición en el escenario es un auténtico torbellino, poniéndose el público en el bolsillo nada más pisar las tablas. La banda era la de siempre, pero sonaba como nunca, y la iluminación de la sala estuvo a la altura del espectáculo, que con un Drogas pletórico gana mucho en su parte escénica.Con la solera que le dan más de 30 años de oficio, sabe controlar el tempo del directo a la perfección. Después de una salida arrolladora, supo desenfundar la acústica y la armónica en el momento preciso para dar un pequeño respiro, para volver a subir la temperatura de la sala gradualmente, hasta desembocar en un final incendiario. En la recta final del directo ya le sobraba hasta la camisa, así que vivimos los últimos minutos del concierto con el Drogas.
Crónica y fotos por Rock in Valencia
De camino a casa El Drogas hizo una parada en Santa cruz de Moya (Cuenca) para homenajear a los asesinados por el franquismo.